La semana pasada fui por primera vez a una reunión de la tan criticada Iglesia Universal “Pare de Sufrir”.
En plena asamblea, el Pastor se acercó al lugar donde yo me encontraba. Me miró fijamente y puso sus manos sobre mi cabeza y exclamó con voz fuerte:
“Usted va a caminar”.
Yo le conteste con voz baja: “Perdón pero no tengo ningún problema en mis piernas y camino como todos”.
El ignoró mi respuesta y, casi gritando, volvió a exclamar:
“Hermano… ¡Usted va a caminar!”
Toda la feligresía , con las manos en alto, y moviéndolas de un lado a otro, empezaron a gritar:
“¡Usted va a caminar!”
“¡Usted va a caminar!”
“¡Usted va a caminar!”
Intenté nuevamente explicar que no tenía ningún problema con mis piernas, pero fue en vano. Todos repetían en trance, cada vez más fuerte y con mayor energía: “¡Usted va a caminar! ¡Usted va a caminar!…”
Opté por callarme y seguirles la corriente con la cabeza abajo.
Cuando terminó el acto dejé la Asamblea y, créanlo o no, el Pastor tenía razón….
¡ME HABÍAN ROBADO MI MOTO! Tuve que irme caminando hasta mi casa