VIERNES DE VEJENTUD.
Por Pedro F. Rivas Gutiérrez
No sé si se han fijado, pero en la tierra mojada las canicas avanzan menos. Es un problema jugar a las canicas cuando llueve.
Como el lodo les impide rodar con libertad, tienes que modificar tus cálculos de fuerza y velocidad, no solo para sacar los barritos del círculo, sino también para evitar que tu bomborota se quede trabada y otro, con mayor habilidad, de un buen golpe la saque y con una sonrisa sardónica se la meta a la bolsa frente a tu cara de angustia.
Así pasa también en la vida. A veces llueve sobre mojado y se va formando lodo en tu mente, en tu corazón y en tu alma.
Cuando eso suceda, mejor no juegues a las canicas, al menos por un tiempo. Espera a que se seque un poco el campo antes de salir a buscar nuevos triunfos (barritos), exponiéndote a perder lo poco o mucho que antes hayas ganado, a lo mejor hasta tu bomborota.
PFRG