La enfermedad de Chagas es un grave problema de salud pública en América Latina, donde 6 a 7 millones de personas viven infectadas con el parásito; tan solo en México, las estimaciones más recientes sugieren que 30% de la población mexicana está infectada con el parásito, es decir alrededor de 4 millones de personas y en Yucatán más de 60 mil personas.
Con estas cifras, México aparece como el país con mayor número de casos en el mundo y en Yucatán, el insecto conocido como “pik” (Triatoma dimidiata) es el principal vector.
El profesor investigador del Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi” (CIR-UADY), Etienne Waleckx, informó que el mal de chagas es clasificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) dentro del grupo de las enfermedades tropicales desatendidas y con la que menos recursos recibe.
Por tal razón, anunció que Yucatán será sede del VI Congreso Internacional de Vectores del 22 al 28 de octubre del presente año en diferentes espacio de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), en el cual se tratarán diversos temas relacionados con esta enfermedad, donde asistirán investigadores, personal del sector salud, médicos, asociaciones civiles y en especial, personas afectadas.
El investigador de la UADY explicó que la enfermedad de Chagas es causada por el parásito Trypanosoma cruzi, el cual es transmitido principalmente a través de las heces infectadas de chinches hematofagas llamadas triatominos.
Además de esta ruta, agregó, puede ser transmitido por transfusión de sangre o trasplante de órganos de donadores infectados, ingestión de bebidas o alimentos contaminados con el parásito, accidentes de laboratorio, o de una madre infectada a su feto.
No obstante, también informó que puede ser transmitido por zarigüeyas que son los animales más infectados por esta chinche pero eso no quiere decir que se debe acabar con estos marsupiales o tener más para que los insectos se dirijan a ellos; así mismo, indicó que la enfermedad puede ser transmitida por la saliva de los perros que sean picados por este insecto.
Explicó que los síntomas de este mal se divide en dos etapas: la primera llamada fase aguda que aparece alrededor de una semana después de la infección inicial y dura de 4 a 8 semanas, en la cual generalmente no se presentan síntomas o son leves y no específicos.
La segunda etapa, continuó, es conocida como fase crónica, ya que los parásitos permanecen ocultos en el organismo y no se presentan signos clínicos o físicos; sin embargo, con el paso de los años, 30 a 40% de los pacientes desarrollan síntomas, como son anormalidades en la función eléctrica del corazón y miocardiopatía dilatada progresiva, que pueden provocar una insuficiencia cardiaca y la muerte, mientras que otros pacientes presentan alteraciones digestivas (megaesófago, megacolon entre otros), neurológicas o combinaciones de estas.
“No tenemos un conteo real de las muertes por este mal en Yucatán porque a veces puede dar un paro cardiaco a personas que están bien, pero no podemos identificar si fue por este mal”, mencionó el académico francés.
En ese sentido, el también profesor investigador del CIR-UADY, Pedro Martínez Vega, informó que ya se están haciendo pruebas de una posible vacuna contra esta enfermedad en 50 perros y posteriormente se hará en humanos pero falta bastante tiempo para ello, ya que faltan las fases pre clínicas que avala la OMS.