El municipio de Progreso se encuentra en plena ebullición, preparándose para recibir a miles de visitantes en estas vacaciones de verano.
El ambiente está cargado de anticipación y alegría porque se avecina un evento que promete llenar de color y creatividad el cielo del puerto: el segundo Festival de Papagayos y Cometas Yucatán.
Luego de dos años de espera, el Festival de Papagayos y Cometas Yucatán regresará los días sábado 20 y domingo 21 de julio. La sede de este festín visual serán las imponentes Letras Monumentales del Malecón Tradicional de Progreso, un lugar emblemático que ya se está engalanando para la ocasión.
El evento es gratuito y abierto a todos, invitando a las personas a sumarse para admirar la creatividad y destreza de los participantes, quienes exhibirán papagayos y cometas de todas las formas y tamaños.
La brisa marina de Progreso se convertirá en el escenario perfecto para esta fiesta de colores en el cielo. Familias, amigos y turistas se congregarán para disfrutar de una serie de actividades que van más allá de simplemente observar.
El festival incluirá pláticas y dinámicas recreativas diseñadas para enriquecer la experiencia de los asistentes.
Uno de los momentos más esperados será el concurso de papagayos, donde la originalidad y habilidad en la construcción de estas maravillas voladoras serán puestas a prueba.
Además, los interesados tendrán la oportunidad de participar en un taller de elaboración de cometas y papiroflexia, donde podrán aprender técnicas tradicionales y modernas para crear sus propias obras maestras aéreas.
El Festival de Papagayos y Cometas no solo celebra la tradición y la creatividad, sino que también fortalece los lazos comunitarios y ofrece una alternativa de entretenimiento sana y educativa para todas las edades.
A medida que se acercan las fechas, la expectativa crece y Progreso se alista para recibir a sus visitantes con los brazos abiertos, listos para disfrutar de un evento que promete ser inolvidable.
El regreso del festival es un símbolo de la resiliencia y la capacidad de adaptación de la comunidad, que, después de dos años de espera, se prepara para llenar el cielo de Progreso con un espectáculo de colores y formas, celebrando la vida y la creatividad en su máxima expresión.