Bajo el cálido cielo del sur, en Oxkutzcab, la noche del pasado sábado se llenó de luces y emociones. En el corazón de la ciudad, la iglesia de San Francisco de Asís, con su imponente fachada, se convirtió en el escenario de un evento que dejó una huella en la comunidad. Frente a la histórica iglesia, cuatro jóvenes se preparaban para un momento que cambiaría sus vidas, pero no solo por la corona que estaba en juego, sino por la causa más noble: el apoyo a quienes más lo necesitan.
El certamen de “Señorita Franciscana 2024” no fue una simple competencia de belleza; fue una celebración de la fe, el esfuerzo y la generosidad. Brenda Guadalupe Hernández Ávila, Hilary Chel Briceño, Karina Torres Santa María y Guadalupe Hernández Ávila, se presentaron como las cuatro candidatas, cada una reflejando no solo su gracia y elegancia, sino también su compromiso con la comunidad.
Mientras el espectáculo de luces pintaba la fachada de la iglesia de colores y destellos, el ambiente se tornaba mágico. La expectativa crecía entre los asistentes, familias y amigos, todos reunidos para presenciar quién sería la nueva Señorita Franciscana. Sin embargo, el verdadero objetivo de la noche iba más allá de las coronas y los aplausos: lo recaudado en esta noche especial estaba destinado a causas sociales que harían una diferencia en la vida de muchas personas en Oxkutzcab.
Finalmente, entre vítores y aplausos, el nombre de Brenda Guadalupe Hernández Ávila fue anunciado como la ganadora. El brillo en sus ojos era innegable, pero más allá de la emoción del momento, lo que realmente destacó fue la razón detrás de su victoria: su compromiso con la comunidad, su bondad y su fe.
La Pastoral Juvenil de Oxkutzcab no tardó en felicitarla: “Tu triunfo es un reflejo de tu belleza interior y exterior, que brilla con intensidad e inspira a todos los que te rodean”. Brenda no solo llevaba una corona en la cabeza, sino que también se convertía en un símbolo de luz y esperanza para su comunidad.
El padre Saúl Che Chi, quien había guiado este evento con su fe y su dedicación, agradeció a todos los que participaron y recordó el propósito de estas festividades en honor a San Francisco de Asís: ayudar a los más vulnerables, fortalecer los lazos comunitarios y seguir construyendo un Oxkutzcab más solidario.
Así, la noche terminó con la promesa de un futuro más brillante para quienes necesitan ayuda. Y mientras Brenda, la nueva Señorita Franciscana, se alejaba del escenario con su corona y su nuevo título, todos sabían que lo más importante que llevaba consigo era el compromiso de servir, inspirar y ser una luz para su pueblo.