Oxkutzcab, conocido como el edén del sur de Yucatán, es un municipio donde la riqueza de la tierra se traduce en frutos que llenan de orgullo a sus habitantes. Aquí, más de 120 unidades agrícolas producen una variedad asombrosa de cítricos, frutas y verduras, destacando plantaciones de limón persa, naranja dulce, mandarina y toronja. Sin embargo, en estos días, el optimismo de los productores se encuentra nublado por una preocupación creciente: las lluvias persistentes podrían afectar gravemente la floración de los mangos, una de las joyas de la región.
El reto de la naturaleza
En las extensas hectáreas de cultivo, los árboles de mango muestran brotes que prometen una cosecha abundante. Sin embargo, el exceso de humedad, causado por las lluvias recientes, amenaza con comprometer este proceso. Según expertos locales, esta situación podría derivar en una pérdida significativa de floración, lo que impactaría directamente en la producción y en los ingresos de cientos de familias que dependen de esta actividad.
Los aliados del campo
Los agricultores, con su conocimiento arraigado en la experiencia, saben que la prevención es clave. Se habla de la necesidad de aplicar complementos de nutrientes esenciales como calcio, boro y zinc, elementos que ayudan a fortalecer la floración y minimizar las pérdidas. Estas medidas, aunque efectivas, representan un desafío económico para algunos pequeños productores que trabajan con recursos limitados.
Una economía diversificada en riesgo
En Oxkutzcab, los cultivos de mango no son los únicos protagonistas. Muchas unidades agrícolas combinan estas plantaciones con cítricos y otros frutales, creando un mosaico productivo que refuerza la economía local. Sin embargo, cualquier golpe a la producción de mango afecta no solo a los mercados locales, sino también a los centros de acopio, donde gran parte de la cosecha se comercializa, ampliando el impacto a toda la cadena económica.
Esperanza y preparación
Pese a los retos, los productores no pierden la esperanza. La comunidad agrícola de Oxkutzcab ha demostrado su resiliencia en múltiples ocasiones, enfrentando fenómenos naturales y adaptándose a las circunstancias. Este episodio, aunque preocupante, se perfila como otro capítulo en la historia de lucha y determinación de quienes trabajan la tierra con pasión y esfuerzo.
Mientras las lluvias continúan cayendo, la mirada de los agricultores se fija en el cielo, pero también en sus campos, buscando las mejores estrategias para salvar la próxima cosecha. En este edén yucateco, la esperanza florece junto con los árboles, recordando que, aunque el clima sea incierto, el espíritu del campo es inquebrantable.