En el corazón de Yucatán, donde las raíces mayas florecen con orgullo, Valladolid emerge como un bastión de tradición y modernidad. Con una población de alrededor de 100 mil habitantes, el municipio no solo preserva, sino que celebra su esencia cultural: el 50% de sus ciudadanos son mayahablantes. Esta dualidad entre lo ancestral y lo contemporáneo se vivió intensamente durante la Cumbre Regional de Activismo Digital en Lengua Maya, un evento que marcó un hito en la promoción de la identidad lingüística en el mundo digital.
Un idioma que resuena en las calles y comisarías
Para Víctor Jesús Caamal Chuc, sexto regidor del Ayuntamiento de Valladolid y titular de la comisión de Comisarías, la lengua maya no es solo un medio de comunicación, sino un símbolo de identidad y resiliencia. “La mitad de la población es bilingüe maya-español. En nuestras 38 comisarías, que recorro constantemente por temas laborales, la gran mayoría de los habitantes son mayahablantes”, comentó con orgullo.
Incluso en la cabecera municipal, donde el ritmo urbano podría diluir las tradiciones, el maya aún se escucha en los mercados, plazas y hogares, como un testimonio viviente de la herencia cultural de Valladolid.
La cumbre: tecnología al servicio de la tradición
La Cumbre de Activismo Digital en Lengua Maya, celebrada los días 10 y 11 de enero, se convirtió en un espacio para que jóvenes y adultos conectaran el pasado con el futuro. Durante dos días, expertos y activistas compartieron estrategias para aprovechar las redes sociales y las herramientas digitales en la promoción de la lengua maya, mostrando que la tecnología puede ser un aliado poderoso para su preservación.
Víctor Caamal consideró esta iniciativa como una plataforma innovadora que inspira a los jóvenes a valorar sus raíces. “Es motivador ver cómo los jóvenes pueden usar el mundo digital para mantener vivas nuestras costumbres, especialmente nuestra lengua”, afirmó.
Un compromiso con las tradiciones
Bajo la administración de Homero Novelo Burgos, el Ayuntamiento de Valladolid ha priorizado políticas públicas que fortalecen la cultura local. Este compromiso incluye no solo el apoyo a eventos como la cumbre, sino también la promoción de la gastronomía, las festividades y los espacios históricos que hacen de Valladolid un lugar único.
“Queremos que Valladolid no solo sea una ciudad para visitar, sino para quedarse, conocer y amar. Estamos trabajando en mejorar nuestra oferta turística y cultural para atraer más turismo de pernocta”, expresó Caamal.
Un llamado a la acción y a la preservación
Mientras Valladolid avanza hacia el futuro, la comunidad sigue anclada en sus raíces. El maya no es solo un idioma; es un puente entre generaciones, una conexión con el pasado que enriquece el presente. Eventos como esta cumbre no solo celebran esta herencia, sino que garantizan que perdure en un mundo cada vez más globalizado.
En este rincón de Yucatán, donde el cielo y la tierra parecen hablar maya, Valladolid demuestra que preservar lo ancestral no significa detenerse en el tiempo, sino encontrar nuevas formas de compartir su legado con el mundo.