En los municipios del sur del Estado, como Muna, Ticul, Oxkutzcab, Tekax y Peto, una crisis silenciosa está ganando terreno: los cementerios municipales están saturados. El rápido crecimiento poblacional, combinado con la falta de planeación en la extensión territorial de estos espacios, ha llevado a una situación alarmante que afecta a las comunidades locales.
En estas localidades, los cementerios suelen ubicarse a la entrada o salida de las poblaciones. Sin embargo, los terrenos asignados no han sido diseñados para soportar un crecimiento sostenido a lo largo de décadas. Ahora, estas áreas están completamente llenas, sin posibilidad de expansión, lo que dificulta brindar servicios de nichos o espacios adecuados para las sepulturas.
Reventa de espacios: una práctica en aumento
La saturación ha provocado un fenómeno que inquieta a muchos: la reventa de espacios. Ante la falta de terrenos disponibles, algunas familias optan por ceder o vender lugares previamente asignados, convirtiendo la búsqueda de una sepultura digna en un desafío económico y emocional.
Una problemática nacional
Esta situación no es exclusiva del sur del Estado. Según datos oficiales, casi la mitad de los cementerios municipales en zonas metropolitanas de México operan al 90% o más de su capacidad. Este fenómeno refleja la necesidad urgente de replantear las estrategias de planeación urbana y los servicios funerarios en el país.
Cremación: una solución emergente
Ante esta crisis, la cremación ha surgido como una alternativa viable. Este método no solo ocupa menos espacio, sino que ofrece la posibilidad de conservar las cenizas en urnas o esparcirlas, eliminando la necesidad de una fosa. Además, permite a las familias optar por ceremonias más flexibles y personales.
¿Qué sigue?
En medio de esta situación, es indispensable que las autoridades locales y estatales implementen estrategias para resolver esta problemática. La creación de nuevos cementerios, la promoción de la cremación y la planeación a futuro son acciones necesarias para garantizar que las comunidades puedan honrar a sus difuntos con dignidad y respeto.
El sur del Estado, con su riqueza cultural y sus tradiciones, merece soluciones que permitan preservar la esencia de sus costumbres, mientras enfrentan los retos del crecimiento demográfico.