El mar de Yucatán, vital para la economía local y la vida de miles de pescadores, se enfrenta a una creciente amenaza: la pesca furtiva. A casi un mes de haber iniciado la veda del pulpo maya y con la pesquería del mero a punto de concluir el próximo 31 de enero, las cooperativas pesqueras del estado están alzando la voz para alertar sobre los riesgos que esta práctica ilegal representa, especialmente en los meses de febrero y marzo, cuando las aguas del golfo se convierten en un escenario de tensión entre los pescadores legales y quienes deciden ignorar las normativas.
José Luis Carrillo Galaz, presidente de la Confederación Mexicana de Cooperativas Pesqueras (Conmecoop), expresó la preocupación del sector al anunciar que ya han solicitado reuniones con la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) y con la Secretaría de Pesca y Acuacultura Sustentable de Yucatán (Sepasy) para reforzar los operativos de inspección y vigilancia. “Es un tema urgente”, dijo Carrillo, quien recordó los incidentes de años anteriores, cuando zonas como la “Caleta” en Progreso, Celestún, Dzilam de Bravo y Telchac Puerto fueron epicentros de pesca furtiva, donde se usaron sustancias peligrosas como el cloro para atraer a las especies y capturarlas, poniendo en riesgo la reproducción de los animales marinos.
En el 2023, la captura de pulpo no alcanzó la cuota de 29 mil toneladas, llegando solo a 27 mil, a pesar de la extensión de la temporada en dos semanas más. “El pulpo se esconde en su proceso de reproducción, por eso esos 15 días adicionales no ayudaron mucho”, comentó Carrillo, refiriéndose a los efectos que el clima y los frentes fríos tuvieron sobre el rendimiento de la pesquería. Sin embargo, ese no es el único desafío que enfrentan los pescadores yucatecos. A partir de febrero, la veda del mero comenzará, seguida por la veda de la langosta en marzo, lo que dejará a los puertos con poca actividad y pondrá aún más presión sobre los pescadores legales que dependen de estas temporadas para su sustento.
A pesar de los esfuerzos por regular y proteger las especies marinas, la pesca furtiva sigue siendo una amenaza constante, que afecta tanto a la biodiversidad como a la economía local. Las cooperativas pesqueras, conscientes de la importancia de mantener la actividad pesquera sustentable, hacen un llamado urgente a las autoridades para que intensifiquen la vigilancia y el cumplimiento de las leyes, y así garantizar que los recursos del mar sean aprovechados de manera responsable para las futuras generaciones.