En el corazón del mercado 20 de noviembre, la vida bulle entre los colores vivos de las frutas y verduras frescas que se ofrecen en sus puestos. Los aromas a cítricos, hierbas y tierra mojada invitan a los visitantes a explorar cada rincón. Sin embargo, entre todos estos productos, uno destaca por su brillo especial: el aguacate local, conocido por su calidad excepcional y su sabor inigualable.
Este fin de semana, la noticia corrió como fuego entre los compradores y productores. El precio del aguacate, que hasta hace unos días rondaba los 600 y 700 pesos por caja de 18 kilos, sorprendió a todos al bajar a 500 pesos. Un precio justo que beneficia tanto a quienes lo cultivan como a quienes lo adquieren. En especial, el “aguacate especial” o “doble cosecha” se ha convertido en un favorito. Su textura cremosa y su versatilidad lo hacen ideal para cualquier platillo, desde un guacamole hasta un acompañamiento para el pan.
Este cultivo tiene una historia curiosa y estratégica. En las unidades agrícolas del municipio, los productores encontraron en el aguacate local un aliado perfecto. Sus árboles, que no superan los tres metros de altura, se siembran entre los surcos de las plantaciones de cítricos, aprovechando cada centímetro de tierra sin afectar las cosechas principales. Es un cultivo complementario que no solo diversifica las ganancias, sino que también demuestra el ingenio y la resiliencia de quienes trabajan la tierra.
“El aguacate local es más que un producto, es parte de nuestra identidad”, comenta un productor mientras acomoda las cajas en su puesto. Sus manos curtidas por el trabajo sostienen una fruta perfectamente madura, lista para deleitar a las familias que visitan el mercado. Cada compra no solo representa un alimento en la mesa, sino también un apoyo directo a las comunidades que hacen posible esta tradición agrícola.
El mercado 20 de noviembre no solo ofrece un lugar donde intercambiar bienes, sino un espacio donde se teje la historia de un municipio que, con cada aguacate vendido, demuestra que lo local siempre tiene un sabor especial. ¿Ya tienes el tuyo?