La madrugada de este sábado comenzó como cualquier otra para muchos, pero un destino fatal estaba a punto de cambiar la vida de decenas de personas. A la 1:00 a.m. (hora local), la carretera federal Escárcega-Villahermosa, que conecta dos estados del sureste de México, se convirtió en escenario de una de las tragedias más impactantes de los últimos tiempos.
Un autobús de pasajeros, que partió de Cancún con rumbo a Comalcalco, estaba cargado con 46 personas, entre ellas menores de edad. Pero el viaje, que debía ser rutinario, se tornó en una pesadilla cuando el autobús chocó de frente contra un tráiler que circulaba en dirección contraria. El impacto fue brutal, tanto que provocó un incendio inmediato, envolviendo a ambos vehículos en llamas.
En cuestión de segundos, la carretera se tiñó de tragedia. Aunque los habitantes de la zona intentaron llegar al lugar para ayudar, el fuego dificultó enormemente el rescate. De los 46 pasajeros, al menos 35 perdieron la vida de manera inmediata. Solo 11 sobrevivieron, luchando por sus vidas mientras las llamas los rodeaban. Con heridas graves y a duras penas, lograron escapar y fueron trasladados a hospitales cercanos para recibir atención médica urgente.
La empresa de transporte, Tour’s Acosta, confirmó que los pasajeros partieron de Cancún el viernes por la noche, sin imaginar que un destino trágico los esperaba en el camino. La empresa, consternada, puso vehículos a disposición de los familiares de las víctimas, quienes se dirigieron rápidamente a Escárcega para recibir noticias y apoyo.
El gobernador de Tabasco, Javier May Rodríguez, expresó su dolor por lo ocurrido y aseguró que su gobierno, en conjunto con autoridades federales y de Campeche, estaba trabajando para atender la emergencia. Mientras tanto, José Ramiro López Obrador, secretario de Gobierno, fue designado para dar seguimiento a la situación.
Las autoridades siguen investigando las causas de este fatal accidente, mientras que la Fiscalía General del Estado de Campeche ya trabaja en los trámites legales para apoyar a los familiares de las víctimas y esclarecer el terrible siniestro.
Hoy, mientras los sobrevivientes luchan por superar las secuelas físicas y emocionales de este accidente, las familias de los fallecidos enfrentan una dolorosa realidad. La tragedia no solo dejó un vacío en las familias, sino que también dejó una huella imborrable en todos los que presenciaron o supieron de esta tragedia en las carreteras del sureste mexicano.