En los campos del cono sur del Estado, donde el sol brilla con fuerza y el clima cálido se instala con temperaturas que superan los 35 grados Celsius, los productores de limón persa viven un momento de esperanza y anticipación. Después de meses de arduo trabajo y dedicación, las plantaciones se encuentran cargadas de frutos y floración, lo que ha dado pie a un pronóstico prometedor para la cosecha que se avecina, justo a tiempo para la Semana Santa.
Con más de 4,000 productores de cítricos en la región, la vida de estos agricultores gira en torno a la naturaleza y su ritmo. En estos días, los huertos de limón persa son un espectáculo de actividad. Los productores, con sus manos expertas, riegan cuidadosamente las huertas y aplican fertilizantes tanto foliares como en el suelo para asegurar que cada árbol reciba el cuidado necesario para producir frutos de la más alta calidad.
El limón persa, una variedad que ha demostrado una adaptabilidad sorprendente al clima local, se ha ganado un lugar destacado en la agricultura del cono sur. Su resistencia a las altas temperaturas y su capacidad para prosperar durante los meses cálidos, de febrero a mayo, lo convierten en una opción ideal para los productores. Además, la cosecha de limón persa tiene la ventaja de ser constante a lo largo del año, con una demanda especialmente fuerte durante la Semana Santa, cuando los precios se disparan.
La sorpresa para muchos es que el valor de la cosecha también se refleja en los números. Una caja de 18 kilogramos de limón puede llegar a costar hasta 800 pesos en este periodo, lo que genera un impulso económico para los productores.
Lo más admirable es el sentido de comunidad que impregna el trabajo en la región. En el cono sur, existen unidades agrícolas colectivas donde grupos de 40 o más socios trabajan juntos en parcelas de entre 50 a 60 hectáreas, compartiendo esfuerzos, conocimientos y el mismo objetivo: una cosecha exitosa que les permita seguir adelante con sus sueños y tradiciones.
Así, mientras se acercan los días de Semana Santa, el campo del cono sur se prepara para recibir una cosecha que no solo será abundante, sino también un símbolo del esfuerzo colectivo y la bendición de la tierra que ha trabajado con dedicación, fe y esperanza. El futuro se ve brillante para los productores de limón persa, quienes, gracias a su trabajo incansable, pueden esperar una temporada de frutos en abundancia y, con suerte, un buen retorno para sus esfuerzos.