A las puertas de una temporada de huracanes que, según los pronósticos, podría ser de las más intensas de los últimos años, el Aeropuerto Internacional de Mérida “Licenciado Manuel Crescencio Rejón” ya está en modo alerta. La terminal aérea no solo se declara lista para enfrentar posibles embates meteorológicos, sino que también refuerza su papel como aeropuerto alterno para otras ciudades del Caribe y el Golfo.
En medio de una mañana nublada que anticipa los meses por venir, Óscar Carrillo Maldonado, administrador general del aeropuerto, camina por los pasillos supervisando detalles. “Aquí no dejamos que la temporada nos tome por sorpresa”, comenta con firmeza mientras señala los protocolos que ya están activados.
Desde antes del 1 de junio —fecha oficial de inicio del periodo de ciclones tropicales en el Atlántico—, el personal del aeropuerto se reunió con autoridades, aerolíneas y cuerpos de emergencia para alinear una estrategia conjunta. Las revisiones preventivas a pistas, hangares, equipos y zonas de pasajeros han sido intensas y meticulosas. “Todo tiene que estar a punto”, recalca Carrillo.
Según la Conagua, se esperan entre 13 y 17 ciclones en el Atlántico, y hasta tres de ellos podrían alcanzar categorías 4 o 5, las más devastadoras. Frente a ese escenario, Mérida no solo se prepara para resistir, sino también para ayudar.
“Estamos listos para servir como aeropuerto alterno, incluso para terminales internacionales como las de Miami o La Habana. Ya hemos cumplido ese rol en el pasado”, subraya el administrador. De ser necesario, Mérida podrá recibir vuelos desviados y resguardar a cientos de pasajeros provenientes de zonas en alerta roja.
Mientras tanto, el aeropuerto mantiene la vista puesta también en la temporada vacacional. Las expectativas son alentadoras: se proyecta un aumento del 10% en el flujo de pasajeros, lo que se traduce en jornadas con más de 11 mil viajeros.
Entre huracanes y turistas, el aeropuerto de Mérida se convierte en un actor clave del verano yucateco: un espacio de tránsito, de resguardo y de esperanza en tiempos de tormenta.