El corazón de la comunidad late hoy con tristeza. La ciudad amaneció con una noticia que ha cimbrado los cimientos de su historia reciente: el fallecimiento de dos ciudadanos ejemplares, cuyas trayectorias dejaron huella imborrable en la vida económica, educativa y social del municipio.
Don Augusto Trujeque Ballote, figura emblemática del empresariado local, y el profesor Víctor Sánchez Burgos, formador de generaciones, partieron el mismo día, dejando tras de sí un legado que trasciende nombres y cargos.
La noticia corrió rápido por las calles de Oxkutzcab, donde ambos hombres eran conocidos y profundamente respetados. Las condolencias no tardaron en inundar redes sociales, en voz de ciudadanos, exalumnos, colegas y amigos que encontraron en ellos inspiración, guía o apoyo.
Don Augusto Trujeque fue mucho más que un comerciante exitoso: fue un hombre que entendió que el progreso debía compartirse. Siempre dispuesto a extender la mano, a apoyar iniciativas locales y a confiar en el talento de su gente, su ausencia se siente como la de un patriarca que cuidó de su comunidad hasta el final.
El profesor Víctor Sánchez, por su parte, dedicó décadas a la enseñanza en aulas donde no solo se impartían materias, sino también valores. Su paso por la primaria Valentín Gómez Farías y la secundaria Rafael Matos Escobedo dejó más que conocimientos: dejó ejemplos de vocación, carácter y compromiso.
En cada rostro triste que se ve hoy en Oxkutzcab hay una historia, una anécdota, un “gracias” que quedó pendiente. Pero también una certeza: el espíritu de Don Augusto y el profesor Víctor seguirá vivo en cada iniciativa solidaria, en cada generación educada con amor y en cada rincón que ayudaron a construir.
Oxkutzcab los despide con honra, con gratitud y con el compromiso de no olvidar sus enseñanzas.
Que descansen en paz estos dos grandes hombres. Su memoria es ya parte del alma de Oxkutzcab.