En tiempos de lluvias, no siempre es el cielo el que inunda las calles. A veces, es el agua que tiramos sin pensar.
Durante un recorrido por el Fraccionamiento Fontana, en Kanasín, el alcalde Edwin Bojórquez Ramírez se topó con una escena cotidiana, pero peligrosa: agua jabonosa corriendo por las vialidades. No venía de una lluvia, sino de los hogares. Vecinos habían modificado sus drenajes para verter directamente a la calle el agua de lavado.
A través de una transmisión en vivo, Bojórquez no solo mostró el problema, lo explicó con claridad: estas prácticas obstruyen las rejillas pluviales, colapsan el sistema de desagüe y agravan las inundaciones urbanas, afectando a todos, especialmente a quienes viven en zonas bajas.
“Les pido como ciudadanos que no tiren agua a la calle”, dijo con firmeza, tras anunciar que se procederá al desazolve de la calle afectada y se construirán nuevos pozos pluviales para aliviar el problema.
Pero el mensaje fue claro: la solución no es solo del gobierno, también es una responsabilidad ciudadana. Por eso, exhortó a los vecinos de la calle 2D con 21E y 69A, y a toda la comunidad de Kanasín, a cancelar esas salidas irregulares de agua doméstica, advirtiendo que, de no hacerlo, podrían enfrentarse a sanciones y multas.
“No se trata de castigar, sino de prevenir. Queremos lo mejor para nuestro municipio”, expresó.
En Kanasín, el agua jabonosa parece inofensiva, pero termina siendo una amenaza silenciosa. La lección es clara: lo que cada vecino hace en su casa puede afectar, literalmente, a toda una calle.