El rugido de la afición en Kanasín se escuchó fuerte y claro la noche del viernes, cuando el yucateco Russel Acosta Silveira se coronó como nuevo monarca de peso mínimo de la Federación de Boxeo de Norteamérica.
En el Deportivo Alfonso Palma Carrillo, más de dos mil personas fueron testigos de una batalla intensa, sin tregua, en la que Acosta se enfrentó al jalisciense “Charrito” en un duelo que mantuvo a todos al filo de la butaca.
Los diez asaltos fueron un intercambio constante de golpes, sin un claro dominador. El último round fue una auténtica avalancha: ambos púgiles se lanzaron con todo, poniendo en riesgo su estabilidad, pero resistieron de pie hasta el campanazo final, desatando una ovación generalizada.
Aunque un conato de bronca entre aficionados intentó robarse el protagonismo, el desenlace fue contundente: las tarjetas de los jueces dieron la victoria a Russel Acosta con un 97-92 y 97-93, mientras un tercer juez marcó empate.
Con la ceja cortada pero el corazón en alto, el boxeador yucateco recibió el cinturón de campeón de manos del comisionado José Manzur Argüelles, representante del Consejo Mundial de Boxeo, mientras el alcalde Edwin Bojórquez celebraba el triunfo junto al púgil local.
La velada no solo consagró a un nuevo campeón, sino que también marcó el regreso del boxeo profesional a Kanasín, devolviendo a la afición la emoción de ver a uno de los suyos conquistar la gloria.