En una ceremonia marcada por la tradición y el reconocimiento, se llevó a cabo la entrega de certificados a bordadoras mayas de los municipios de Peto y Tahdziú. Este significativo acto, celebrado ayer por la mañana, forma parte del proyecto “Desarrollo económico y social con perspectiva de género a través del arte textil en Yucatán”, impulsado en colaboración entre el Instituto de Capacitación para el Trabajo del Estado (Icatey), la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta) y la Unesco.
El evento tuvo lugar en un ambiente de alegría y orgullo, donde las bordadoras recibieron el reconocimiento por su participación en esta iniciativa que busca no solo fortalecer el arte textil, sino también mejorar las oportunidades económicas de las mujeres mayas, promoviendo la equidad de género a través de sus conocimientos ancestrales.
La ceremonia contó con la presencia de diversas personalidades que, con sus discursos, resaltaron la importancia del bordado yucateco y la necesidad de su salvaguarda. Entre los asistentes se encontraba la regidora Guadalupe Pech, en representación del alcalde Manuel Vallejos; el doctor Fidencio Briceño, director general de Museos y Patrimonio, quien acudió en nombre de la secretaria de la Cultura, Patricia Martín; la maestra María Chavarrea, directora de Patrimonio de la Sedeculta; el ingeniero Tomás González, punto focal de la Unesco; y el alcalde de Tahdziú, Pedro Yah Sabido.
Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue el mensaje de la señora Imelda Cocom, representante de las bordadoras y también beneficiaria del programa. Con gran emoción, expresó su gratitud por la oportunidad de profesionalizar su oficio y dar mayor visibilidad a la labor que por generaciones han desempeñado las mujeres mayas en la confección de textiles bordados.
Esta entrega de certificados es parte de un plan estratégico más amplio, impulsado por el consejo de bordadoras mayas de Yucatán, con el objetivo de garantizar la continuidad y preservación de este arte tradicional. A través de la capacitación y el reconocimiento de su trabajo, se abre un camino para que las bordadoras puedan acceder a mejores condiciones laborales y continuar transmitiendo su conocimiento a las nuevas generaciones.
El evento concluyó con un ambiente de celebración, donde las beneficiarias mostraron con orgullo sus creaciones y compartieron sus experiencias en el proceso de capacitación. Con este tipo de iniciativas, el bordado yucateco no solo se mantiene vivo, sino que también se fortalece como una fuente de desarrollo social y económico para las comunidades mayas.