Bajo un cielo despejado y el inclemente calor del puerto de Progreso, un grupo de trabajadores municipales recorre con atención cada rincón de los cementerios locales. No buscan lápidas deterioradas ni caminos erosionados, sino algo mucho más pequeño y peligroso: criaderos de mosquitos.
Con palas, cubetas y herramientas en mano, el personal de la Unidad de Funeraria y Cementerios inspecciona detenidamente los camposantos de Chicxulub, Chelem, Chuburná y la cabecera municipal. Cada florero, cada recipiente olvidado con agua estancada, es una amenaza latente para la salud pública, y el objetivo es claro: eliminarlos antes de que se conviertan en criaderos del mosquito transmisor de enfermedades como el dengue.
Esta labor no es nueva, pero ahora cobra especial relevancia dentro del programa 100xProgreso, impulsado por el alcalde Erik Rihani, quien ha hecho un llamado a reforzar la limpieza y el mantenimiento en espacios públicos.
“Es una tarea constante, porque cualquier acumulación de agua puede convertirse en un foco de reproducción. La prevención es la clave”, explica Adán Noé Nicoli Argüelles, titular de la Unidad, mientras supervisa la remoción de residuos en uno de los cementerios.
Más allá de la lucha contra los mosquitos, el personal también está disponible para atender trámites de regularización, cambio de propietario y otros servicios funerarios, con horarios extendidos para mayor comodidad de los ciudadanos.
El llamado de las autoridades es claro: la prevención es tarea de todos. Se invita a la población a mantener limpios los espacios y reportar cualquier acumulación de agua en los cementerios. La lucha contra los mosquitos no se gana en un solo día, pero con el esfuerzo conjunto, Progreso se mantiene firme en la batalla contra este enemigo silencioso.