La mañana inició con un cielo gris y una ligera llovizna que amenazaba con empañar la celebración. Sin embargo, el clima no fue obstáculo para que decenas de personas se reunieran con entusiasmo en el desayuno anual de Cottolengo Yucatán A.C., conmemorando 40 años de entrega y compromiso en la rehabilitación de personas con adicciones. Empresarios, representantes de instituciones de gobierno y benefactores llegaron puntuales, reafirmando su apoyo a esta noble causa que ha cambiado la vida de miles de personas.
Las anécdotas sobre los inicios de esta labor fueron el hilo conductor de la emotiva reunión. Se recordaron los momentos difíciles, los primeros años en los que pocos conocían la existencia de Cottolengo y la perseverancia del Padre Ignacio Kemp Lozano para consolidar este refugio de esperanza. Cuatro décadas después, el resultado es innegable: más de 9 mil personas han logrado salir adelante, recuperando su vida y, en muchos casos, reconstruyendo sus lazos familiares.
El presidente del Patronato Cottolengo de Yucatán A.C., Alejandro Jorge Macari, reflexionó sobre la evolución de las adicciones y la importancia de la labor que realiza el centro. “Hoy en día, la drogadicción es tan común como lo era el alcoholismo cuando se fundó Cottolengo hace 40 años. Es fundamental seguir trabajando, seguir salvando vidas”.
Para Landy Cáceres Álvarez, quien ha sido testigo de la transformación de este centro desde sus inicios, este aniversario es motivo de profundo orgullo. “Los primeros años fueron complicados, casi nadie venía porque no nos conocían. Pero hoy vemos los frutos del esfuerzo: familias enteras agradeciendo la recuperación de sus seres queridos”.
El Padre Kemp, visiblemente emocionado, dirigió unas palabras a los asistentes, destacando que la clave de una recuperación exitosa radica en la voluntad, la fe y el deseo de cambiar. “Cottolengo no solo rehabilita a una persona, también sana familias enteras”, expresó con convicción.
Actualmente, el centro ofrece sus servicios de manera gratuita y cuenta con 60 de sus 120 espacios ocupados. Ubicado en el kilómetro 23.5 del Periférico Exterior de Mérida, entre la salida a la comisaría de Chichí Suárez y la carretera a Motul, Cottolengo sigue siendo un faro de esperanza para quienes buscan una nueva oportunidad en la vida.
Mientras el evento llegaba a su fin, los abrazos y palabras de gratitud inundaban el ambiente. La celebración no solo marcó 40 años de historia, sino también la certeza de que la misión de Cottolengo continuará, llevando luz a quienes más lo necesitan.