El sol apenas comenzaba a iluminar la colonia Vicente Solís cuando los vecinos notaron algo fuera de lo común. Una agencia de cervezas, ubicada en la intersección de las calles 32, 77 y 79, había sido víctima de un audaz robo nocturno. En el lugar, un boquete en la pared revelaba el punto de entrada del ladrón, quien había escapado con más de 23 mil pesos en efectivo, así como latas de cerveza, botellas de licor, cigarros y golosinas.
Para las autoridades, este no era un caso aislado. La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y la Policía Estatal de Investigación (PEI), en colaboración con la Fiscalía General del Estado (FGE), comenzaron a conectar los puntos. En al menos otros dos hurtos a agencias de cervezas en Yucatán, el modus operandi había sido similar: ingreso a través de boquetes en las paredes y un enfoque metódico en productos específicos.
El principal sospechoso pronto fue identificado: Juan Alberto M. H., un carpintero originario de Guatemala. Las evidencias recolectadas en la escena del crimen —herramientas y objetos incriminatorios— llevaron a las autoridades a concluir que este hombre no actuaba por azar.
El 9 de noviembre, los fiscales y agentes investigadores reunieron pruebas suficientes para que el juez de control emitiera una orden de captura. Días después, Juan Alberto M. H. fue arrestado y puesto a disposición de la justicia. En su declaración preliminar, negó cualquier relación con los robos; sin embargo, los fiscales presentaron pruebas que lo vinculan directamente con los tres delitos.
El impacto de estos hurtos en las comunidades afectadas no pasó desapercibido. Los dueños de las agencias, quienes diariamente trabajan para sustentar a sus familias, se enfrentaron a pérdidas económicas considerables y a un sentido de inseguridad creciente. A pesar de ello, la captura de Juan Alberto M. H. ha generado un halo de esperanza.
“Es un recordatorio de que, aunque los delitos afectan nuestra tranquilidad, el trabajo conjunto de las autoridades puede devolvernos la confianza”, expresó uno de los afectados.
Con este caso, Yucatán da un paso importante en la lucha contra el crimen organizado. Las autoridades continúan trabajando para garantizar que los responsables enfrenten las consecuencias de sus actos y que las comunidades puedan vivir en paz.