Enero de 2025 comenzó con una amenaza que se cernía sobre los campos de Yucatán. En 11 municipios, desde Panabá hasta Mérida, un ejército silencioso de langostas centroamericanas (Schistocerca Piceifrons Piceifrons) avanzaba sin tregua, devorando cultivos y amenazando el sustento de miles de familias. Era una batalla que la historia agrícola de la región conocía bien, pero esta vez, la estrategia sería diferente.
La alarma y el llamado a la acción
Todo comenzó en las cálidas planicies de Panabá, donde los agricultores notaron el característico zumbido de las mangas de langostas. No era un fenómeno aislado; las langostas, migrando de oriente a poniente, buscaban nuevas tierras fértiles para alimentarse y reproducirse. Conscientes de la amenaza, las autoridades de la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder) y el Comité Estatal de Sanidad Vegetal (Cesvy) pusieron en marcha un plan de emergencia.
Tecnología al servicio del campo
En esta ocasión, el control de la plaga no se limitó a métodos tradicionales. Equipos especializados, apoyados por drones e imágenes satelitales, detectaron con precisión los puntos críticos en 135 hectáreas. Las operaciones se dividieron en dos frentes: ataques terrestres, coordinados por brigadas expertas, y fumigaciones aéreas, capaces de cubrir grandes áreas en poco tiempo.
Las condiciones climáticas jugaron un papel crucial. Durante el día, con el calor favoreciendo la movilidad de las langostas, los equipos terrestres trabajaron intensamente para frenar su avance. Al caer la noche, cuando la humedad restringía el vuelo de los insectos, se intensificaron las fumigaciones aéreas.
La amenaza histórica: la langosta centroamericana
La langosta centroamericana es más que un insecto; es un enemigo formidable. Su capacidad de viajar cientos de kilómetros en un solo día y su insaciable apetito han puesto en jaque a comunidades enteras durante generaciones. Sin embargo, esta vez, Yucatán estaba preparado.
Resultados: una victoria estratégica
Después de 10 días de trabajo continuo, el 13 de enero se declaró el control efectivo de la plaga en los 11 municipios afectados. Gracias a la rápida intervención, los cultivos permanecieron intactos, asegurando la estabilidad económica de las comunidades locales.
La lucha no termina
Aunque esta batalla se ganó, las autoridades saben que la guerra contra las langostas es constante. Con las mangas ahora dirigiéndose hacia Campeche, el Cesvy mantiene la vigilancia y hace un llamado a la ciudadanía para reportar cualquier avistamiento.
Los números 9999460410 y 9999460010 están disponibles para atender emergencias y garantizar que, juntos, agricultores, autoridades y ciudadanos, sigan protegiendo el corazón agrícola de Yucatán.
Un futuro más seguro
La victoria sobre las langostas no solo representa un alivio inmediato, sino también una muestra del poder de la colaboración entre tecnología, gobierno y comunidad. Mientras los agricultores vuelven a sus campos con esperanza renovada, Yucatán demuestra que incluso las amenazas más antiguas pueden ser vencidas con innovación y unidad.
Porque la tierra, la vida y el esfuerzo compartido siempre triunfan.