Mientras la ciudad mantiene una destacada oferta de productos como el limón persa, la naranja dulce, y el aguacate, esta semana los reflectores se han centrado en un producto más pequeño, pero no menos importante: la lima agria. A medida que la escasez del fruto ha ido ganando terreno, su precio ha alcanzado cifras sorprendentes, llevando a muchos a comparar su valor con el del oro.
Con un panorama donde 120 unidades agrícolas abarcan el 70% de la superficie sembrada con limones persas sin semilla y otros cítricos, la lima agria nunca se ha considerado un cultivo principal. Su presencia en las parcelas productivas es más bien complementaria, ocupando espacios menores entre los cultivos más demandados. Sin embargo, en las últimas semanas de marzo, algo ha cambiado. El precio de la caja de 18 kg de lima agria ha saltado de los valores habituales a cifras que no pasan desapercibidas: entre $1000 y $2000 por caja, dependiendo de la variedad, con la lima amarilla alcanzando los $1000 y la verde rozando los $2000.
Este repunte no es casualidad. La creciente escasez del producto en el mercado ha provocado una escalada en los costos, similar a lo que ocurre con otros cítricos, aunque en este caso, la lima agria ha tomado la delantera. En comparación, productos como la naranja dulce, que tradicionalmente se encuentra entre los más baratos, se venden ahora entre $180 y $200 por caja, mientras que el limón persa sigue en ascenso con un precio de $350 por caja. Otros cítricos, como la mandarina y la toronja, se cotizan entre $300 y $350, y la naranja agria podría llegar a los $100 en los próximos días, en respuesta a la misma tendencia.
El mercado, siempre fluctuante, es incierto. Los precios de los cítricos podrían variar conforme aumente o disminuya la producción de estos productos, y la lima agria no es la excepción. Sin embargo, por el momento, el fruto que en otras circunstancias sería apenas un complemento de las grandes siembras ha ganado protagonismo, con su cotización alcanzando valores que, sin duda, harán historia.
En un rincón del mercado, donde los productos frescos en su mayoría no llegan a sorprender, la lima agria ha logrado llamar la atención de compradores y productores por igual, con un precio que, como el oro, no parece detener su ascenso.