La historia de Joel comenzó como muchas otras: un joven de Tekax que, junto a cuatro amigos, salió en busca de nuevas oportunidades fuera de Yucatán. Pero su rastro se detuvo abruptamente en Tulum, donde, según informes policiacos y documentos oficiales, habría sido localizado sin vida desde el pasado 9 de noviembre.
La confirmación llegó con un golpe seco. En la página oficial de la Fiscalía de Quintana Roo apareció una ficha de cuerpos no identificados, publicada el 14 de noviembre. Entre las descripciones, un detalle estremeció a quienes seguían su desaparición: un tatuaje del personaje “Número 4”, de Los chicos del barrio, en el antebrazo izquierdo… y otro de una cruz en el dedo medio. Era imposible no reconocerlo. Coincidía con la Alerta Amber difundida en Yucatán.
La Fiscalía solicitó apoyo a la ciudadanía para identificar el cuerpo de un hombre de entre 20 y 30 años, de aproximadamente 1.70 metros de estatura. Las señas particulares no dejaban dudas. Aunque las autoridades mantienen el caso bajo hermetismo, familiares del joven ya realizan los trámites para darle sepultura.
Tekax despertó con la noticia entre incredulidad y dolor. La comunidad, que había acompañado la búsqueda desde el primer momento, ahora enfrenta otra preocupación que crece en silencio: los riesgos que enfrentan los jóvenes que emigran del estado impulsados por la necesidad de trabajar o estudiar lejos de casa.
Mientras tanto, el misterio sigue incompleto. Nada se sabe aún de los otros cuatro acompañantes de Joel, cuyo paradero continúa sin ser esclarecido.
Una historia que comenzó como un viaje por un futuro mejor hoy se convierte en un recordatorio del vacío que dejan las desapariciones y de la urgencia de atender la vulnerabilidad de quienes migran en silencio.
