En una cálida mañana, en el corazón de Yucatán, el aire no solo traía el aroma de la naturaleza, sino también una promesa: la de un futuro más limpio y sustentable. Fue en ese escenario donde se presentó uno de los proyectos más ambiciosos del estado: el Parque Eólico Dzilam II, una iniciativa que busca convertir la fuerza del viento en energía para miles de hogares y en esperanza para las generaciones futuras.
Un sueño de energía limpia
María, una joven ingeniera ambiental de Dzilam de Bravo, recuerda cómo su abuelo solía hablar del poder del viento en la región. “Si pudiéramos atraparlo, nos ayudaría a iluminar todo el pueblo”, decía. Hoy, lo que una vez fue un sueño, está a punto de hacerse realidad. Con una inversión de 2,460 millones de pesos, este parque eólico no solo generará electricidad, sino también oportunidades, atrayendo empleos y desarrollo económico al estado.
El Parque Eólico Dzilam II, con sus 15 turbinas gigantes, tendrá una capacidad instalada de 120 megavatios (MW), suficiente para suministrar energía limpia a más de 87,000 hogares. Esto equivale a evitar la emisión de miles de toneladas de dióxido de carbono al año, marcando un antes y un después en la lucha contra el cambio climático en la región.
Una alianza por el medio ambiente
Durante el evento de presentación, el Gobernador Joaquín Díaz Mena expresó su entusiasmo por el proyecto. Para él, este no es solo un avance tecnológico, sino un paso firme hacia la visión de un Yucatán sustentable, donde se genere más energía limpia de la que el estado necesita.
El director de la Agencia de Energía de Yucatán, Pablo Gamboa Miner, explicó que la construcción del parque comenzará en 2026, y con las turbinas de 8 MW cada una, el proyecto aprovechará al máximo los vientos de la región.
Por su parte, Benigno Villarreal del Río, director de Vive Energía, destacó que este es solo uno de los muchos proyectos que su empresa tiene en cartera para fortalecer la infraestructura energética de Yucatán.
El viento como aliado del desarrollo
Para los habitantes de Dzilam de Bravo, este proyecto significa mucho más que electricidad. “Es una forma de demostrar que el desarrollo puede ser responsable con la naturaleza”, compartió Nancy Gamboa, gerente de sostenibilidad de Vive Energía.
En la ceremonia también estuvo presente Guillermo Porras Quevedo, delegado de la SEMARNAT, quien reafirmó el compromiso del gobierno federal con iniciativas que respeten y preserven los recursos naturales.
Un futuro iluminado por energía limpia
Mientras los vientos de Dzilam de Bravo comienzan a escribir esta nueva historia, María observa con orgullo cómo su estado se convierte en un referente nacional en energías renovables. “Mi abuelo estaría feliz de ver esto”, comenta.
El Parque Eólico Dzilam II es más que una obra de ingeniería. Es un símbolo de que, cuando el compromiso por el medio ambiente se une a la visión de progreso, los sueños pueden convertirse en realidad. Y en Yucatán, ese viento de cambio ya comenzó a soplar.