En la tranquila comisaría de Xocén, en Valladolid, la noche del domingo 4 de agosto se transformó en un episodio de asombro y alarma. A las 21:30 horas, un fuerte ruido rompió el silencio habitual del lugar, llevando a los vecinos de la calle 6 por 7 a salir apresuradamente de sus casas en busca de respuestas.
Lo que encontraron fue impactante: un monumental árbol de ceibo, de 3 metros de ancho y 15 metros de alto, había caído cerca de un pozo, abriendo un enorme socavón de aproximadamente 20 por 20 metros de extensión y de profundidad desconocida.
El robusto árbol, que alguna vez se erigió con majestuosidad, ahora yacía en el fondo del socavón, dejando a su paso una estela de asombro y preocupación entre los habitantes.
Inmediatamente, elementos de la Policía Municipal llegaron al sitio para investigar lo ocurrido. Poco después, bomberos de la Secretaría de Seguridad Pública se unieron al esfuerzo, acordonando el área para prevenir cualquier accidente. Afortunadamente, el destino fue benevolente y no había personas cerca del lugar cuando el árbol cayó, evitando así una tragedia mayor.
El personal de Protección Civil Municipal de Valladolid también se presentó en la escena para evaluar la situación y tomar las medidas necesarias. La rápida respuesta de las autoridades ayudó a asegurar el área y a calmar a los residentes, quienes aún no podían creer lo sucedido.
La caída del ceibo y la formación del socavón se convirtieron en el tema central de conversación entre los pobladores, quienes se preguntaban sobre las causas del fenómeno y las posibles repercusiones en la comunidad.
Mientras las autoridades continúan sus investigaciones, Xocén vuelve a encontrar su calma habitual, aunque ahora con una nueva historia que contar y una cicatriz en su paisaje que recordará este inusual evento por mucho tiempo.