Por Gínder Peraza Kumán
Muchos yucatecos no lo saben ni se percatan porque son distraídos, pero el atractivo de nuestro Estado por el ambiente de tranquilidad y seguridad que hasta ahora afortunadamente lo caracteriza es un imán para habitantes de otras entidades que sufren de verdad la realidad de la violencia, con todos los muertos y heridos que reportan los medios de comunicación.
En los últimos años muchas personas han venido a Yucatán a tratar de comprar un terreno donde construir una casa, un refugio para vivir tranquilas. Como en muchos sectores la oferta y la demanda genera situaciones a veces ilegales o conflictivas, que tienen que dirimirse ante las instancias de ley, lo que genera gastos extras y la sensación de que la paz y la seguridad no son tan firmes. Hemos visto esas situaciones por todos lados, desde Kanasín, ese “pueblote” aledaño a Mérida, hasta poblados del interior del Estado y puertos de la costa con aguas marinas de color turquesa.
En este panorama de oportunidades de hacer dinero o lograr una vida tranquila hay intentos de aumentar indebidamente los precios, estafar a los interesados en comprar tierras o inmuebles o, en fin, tratar de consumar una estafa. Por eso sería para celebrar la noticia que se propagó hace unos días, de que un grupo de profesionales y personas sin título, pero bien intencionadas, han formado una asociación o sindicato inmobiliario, que busca reivindicar el trabajo de gestionar la compraventa de esos bienes, frenar fraudes y dar certidumbre jurídica a inversionistas
El Sindicato Estatal del Sector Inmobiliario y Seguros de Yucatán (Sesisy) dará asesoría gratuita, y con ello certidumbre jurídica, a los involucrados en las transacciones de ese ramo. Su secretaria general, Irma Mariana Monforte Aguirre, detalló ante la prensa que buscan proteger a los asesores independientes inmobiliarios de la entidad y a la sociedad en general, y realizar charlas de capacitación, certificadas por la SEP. Ya tienen afiliados en varios municipios, entre ellos Mérida, Telchac Puerto, Tizimín, Umán y El Cuyo, en Yucatán, y en diversas áreas de Tamaulipas y Playa del Carmen
Es probable que los integrantes de ese nuevo sindicato conozcan los antecedentes más recientes de escándalos originados por malos manejos de tierras en diferentes partes del Estado, en los que han sido involucrados funcionarios o ex funcionarios estatales y federales que todavía siguen activos en la política. Si los ignoran, sería mejor que empiecen a trabajar en conocerlos.
También tienen que tomar en cuenta que mientras más se acerquen las elecciones de 2023 y 2024, más políticos tratarán de sacar raja de esos pasados escándalos, para demeritar la figura de quienes hayan sido citados en ellos, sea cierta o no su participación, pues lo importante no es si son culpables o inocentes, sino bajarlos en las intenciones de voto