Las primeras luces del amanecer apenas despuntaban cuando las lanchas de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) volvieron a zarpar. En la orilla, familias enteras contenían la respiración, con la mirada fija en el horizonte, esperando noticias de los cuatro pescadores desaparecidos a bordo de la lancha Maní.
Un regreso que nunca llegó
El lunes, los tripulantes salieron al mar como tantas otras veces, con la rutina marcada por las olas y el sol abrasador. Debían regresar el martes por la mañana, pero las horas pasaron sin rastro de ellos. Ahora, cada minuto cuenta y la comunidad de Chicxulub Puerto lo sabe.
La unión de un pueblo
Mientras el helicóptero de la SSP sobrevuela las aguas, 13 embarcaciones menores de pescadores locales se han sumado a la búsqueda. La Secretaría de Pesca y Acuacultura Sustentables de Yucatán (SEPASY) ha entregado vales de gasolina para apoyar la labor incansable de los voluntarios.
En la playa, a la altura de la calle 26, un campamento comunitario se ha convertido en el corazón de la esperanza. Aquí, amigos, familiares y vecinos monitorean cada avance, se apoyan mutuamente y rezan para que el mar les devuelva con vida a sus compañeros.
El tiempo apremia, pero la fe sigue intacta
Con cada ola que rompe en la orilla, la comunidad de Chicxulub Puerto sigue firme. No hay descanso, no hay rendición. La búsqueda continúa, y hasta que el mar no dé respuestas, el pueblo entero seguirá mirando al horizonte.