Durante el transcurso de este año, 14 pescadores han muerto por descompresión en Celestún; esta tragedia se atribuye principalmente al suministro de equipo de baja calidad proporcionado para sus expediciones en el mar.
La situación que enfrentan los pescadores es extraordinariamente compleja, ya que pierden la vida mientras realizan su labor, y sus destinos quedan en la oscuridad; dado que la mayoría de ellos son forasteros que han migrado al puerto, sus muertes pasan desapercibidas, y rara vez se les otorga un entierro digno, con muchos de ellos siendo sepultados en fosas comunes.
La mayoría de los pescadores que residen en el puerto de Celestún provienen de diversos estados e incluso países de América Latina; la principal motivación detrás de esta migración es la promesa de ingresos atractivos que ofrece la pesca.
En la comunidad, es común ver a personas de otras regiones en busca de oportunidades laborales y una mejora en sus ingresos. Algunos pescadores pueden ganar hasta 700 pesos al día por solo unas horas de trabajo.
Lamentablemente, la mayoría de estos pescadores fallecidos permanecen en el anonimato, ya que sus identidades reales son desconocidas; por ejemplo, uno de los últimos que perdió la vida era conocido por los marineros como “La Bosha”, con tan solo 22 años al momento de su trágico deceso; su lugar de origen es un misterio, al igual que la existencia de familiares que puedan reclamar sus restos.
La Fiscalía General del Estado (FGE) llega al municipio solo para recoger los cuerpos de los hombres que mueren en alta mar, después de lo cual se pierde todo rastro de ellos; lamentablemente, no se lleva a cabo una investigación adecuada sobre las circunstancias o causas detrás de estos trágicos sucesos, lo que impide determinar si las muertes se deben a errores humanos o a fallos en el equipo utilizado.
En lo que va del año14 pescadores han muerto por descompresión en Celestún
Algunos pescadores han sido trasladados al Hospital Agustín O’ Horan al presentar los primeros síntomas, pero ninguno ha sobrevivido después de ingresar debido al avanzado deterioro causado por la descompresión.
La mayoría de los pescadores foráneos no cuentan con documentación formal para trabajar con los patrones de pesca, lo que lleva a que se les conozca solo por sus apodos.
Además, muchos de estos pescadores carecen de experiencia previa en buceo a baja profundidad; se aventuran hasta dos kilómetros mar adentro en busca de zonas óptimas para la pesca de especies como escamas, pulpos y langostas, que pueden comercializar.
Este año 14 pescadores han muerto por descompresión; a diferencia de los pescadores tradicionales, utilizan lanchas equipadas con compresoras de aire y suelen comenzar su jornada laboral después de las 9 de la mañana; esto contrasta con los buzos que emplean carnada convencional, que zarpan a las 5 de la mañana para aprovechar el tiempo y evitar dañar el lecho marino.