Por José González Cámara
La que nos resultó bien Catrina es la ex gobernadora Ivonne Ortega, a propósito del día de muertos, resulta que resucita entre los difuntos y no precisamente por algo bueno. Metida siempre en los chismes de barrio y en historias de terror, pues ahora resulta que la señora está involucrada en un presunto fraude ejidal de 800 hectáreas de por allá en su bello Dzemul. Los campesinos acusan a la legisladora del despojo de sus tierras, abuso de poder, y tierras que aseguran los afectados, que la misma Ivonne Ortega vendió a un afamado empresario. Ella que se dice defensora de los que menos tienen. Les hizo muchos trucos por pocos tratos. ¡Feliz Halloween!
Pero lo que mas llama la atención es el remitido publicado en medios de comunicación firmado por la mismísima catrina Ivonne Ortega, donde asegura que el señor Roberto Vera Catzin, comisario ejidal de Dzemul miente sobre la historia de esos terrenos ejidales. Que ella es inocente y que es dueña y señora de dichas tierras. Lo que nos dejó literalmente espantados, es que la señora anda vestida de llorona y manifiesta que las tierras son propiedad de su familia desde hace décadas y que son propiedad privada. Que ella ni había nacido cuando las adquirieron. ¡Que tal!
Y su discurso de pobreza y que salió del mercado, acaso ¿es una farsa? Pero lo que si nos queda bien claro es que la aspirante a catrina en realidad es una calavera garbancera. O como diría una sátira bien mexicana del señor José Guadalupe Posada “Las que hoy son empolvadas garbanceras pararán en deformes calaveras”.
“Hay hermosas garbanceras como Ivonne Ortega, de corsé y alto tacón, pero han de ser calaveras, calaveras del montón”. “Hay unas gatas ingratas, muy llenas de presunción, y matreras como ratas, que compran joyas baratas en las ventas de ocasión”. Y ni quien nos cuente, la señora siempre con taconazo y corsé, caracterizándose por ser bien gata, ingrata, ratera, haciendo su tremenda venta de ocasión.
Y cual fragmentos de “Remate de calaveras alegres y sandungueras”, les dejo lo siguiente: “A veces se llaman Vida, otras se llaman Martha; a esas la Ivonne les grita: “No se duerman, que yo velo; y en llegando la ocasión, que no mucho ha de tardar, heridas por un torzón, calaveras del montón, al hoyo iréis a parar”.
“Las pulidas ivonnistas que se van a platicar en la tienda y las esquinas, y se la echan de catrinas por que se saben peinar: Han de dejar sin excusa los listones y el crepé, y en un hoyo cual de tuza, se hundirán con todo y blusa, con choclos y con corsé”.
Pero este día de los muertos cuídense que no se les vaya a aparecer la calavera garbancera de Ivonne Ortega, que al parecer ya se le quitó lo alegre pero no lo sandunguera. Y anda en remate de aspirantes a calaveras en Movimiento Ciudadano. A nadie engaña, además de mentirosa, ahora resulta que nos salió latifundista, terrateniente y catrina, pero que no se les olvide que aunque se vista de catrina, garbancera se queda. Y esa gran señora de Dzemul, que como diría el gran José Guadalupe Posada: “de improvisto o lentamente, Ivonne Ortega es un esqueleto pestilente, y poco a poco se convierte en una calavera del montón”. Feliz día de los muertos y que disfruten su pib.