El sonido del mazo del juez resonó en la sala. E.C.M., de pie frente al estrado, escuchó con el rostro tenso las acusaciones en su contra. La Fiscalía General del Estado (FGE) de Yucatán lo señalaba por falsificación de documentos, un delito que lo había llevado hasta esa audiencia.
Todo comenzó con un acto de confianza. El denunciante, sin imaginar lo que vendría después, entregó a E.C.M. su vehículo Chrysler y la factura sin endosar, confiando en que este lo vendería de manera legítima. Pero en lugar de cumplir con el trato, el acusado falsificó la firma de su conocido y vendió el auto a un tercero, causando un grave daño patrimonial.
El engaño no tardó en salir a la luz. Cuando el verdadero propietario intentó recuperar su vehículo, descubrió la traición. La denuncia llegó rápidamente a la Fiscalía, que inició las investigaciones y logró ubicar a E.C.M., llevándolo ante la justicia.
Durante la audiencia, los fiscales no dejaron margen a la duda: solicitaron la vinculación a proceso del imputado, argumentando la gravedad del delito. El juez, tras analizar los hechos, impuso medidas cautelares. Ahora, E.C.M. deberá firmar periódicamente en Tizimín, pagar una garantía de $6,000 y tiene prohibido salir del estado.
El destino del acusado se decidirá en las próximas 144 horas. Afuera del juzgado, la incertidumbre reina. Mientras tanto, el denunciante espera justicia, confiando en que esta vez, la ley no permitirá otra falsificación de confianza.