En el tranquilo estado de Yucatán, Gilda Cota Vera vivía una vida como cualquier otra. Con un título en Criminología, su futuro parecía encaminarse hacia la justicia y la investigación. Sin embargo, el 5 de junio de 2020, su vida tomó un giro inesperado cuando fue diagnosticada con esclerosis múltiple. Este diagnóstico devastador la sumió en una profunda depresión, enfrentándose a un futuro incierto y a una enfermedad degenerativa que amenazaba con limitar sus capacidades físicas.
Pero Gilda no se dejó vencer. Dentro de ella ardía una chispa de determinación y fuerza. Decidió levantarse, aceptar su nueva realidad y transformarla en una oportunidad para desafiar sus propios límites. Fue entonces cuando aceptó una invitación para practicar atletismo dirigido a atletas con capacidades diferentes, descubriendo una pasión y talento oculto que cambiarían su vida para siempre.
El Camino a la Gloria
Gilda, con una dedicación inquebrantable, se lanzó al mundo del para atletismo, especializándose en lanzamiento de disco y bala. Su entrenamiento fue intenso, su voluntad inquebrantable. En poco tiempo, se convirtió en una de las mejores para atletas de México.
En el Campeonato Mundial de Para Atletismo 2024 en Kobe, Japón, Gilda enfrentó una competencia feroz en la final de impulso de bala F33. Durante la competencia, los nervios y la presión eran palpables, pero Gilda mantuvo la calma. Con cada lanzamiento, se acercaba a su objetivo. Fue en su sexto y último intento cuando logró una marca impresionante de 7.77 metros, asegurando la medalla de oro y sumando una plaza para México en los Juegos Paralímpicos de París 2024.
Superando Obstáculos
La competencia fue dura. Wu Qing de China, con un récord de Asia de 7.54 metros, y Svetlana Krivenok, deportista neutral con una marca de 7.49 metros, fueron rivales formidables. Pero Gilda, con su corazón y garra, salió victoriosa. Esta medalla de oro no solo representaba un triunfo personal, sino también un mensaje poderoso: cuando te pones una meta y te entregas al cien por ciento, las cosas se logran.
“Esta medalla significa que cuando te pones una meta y lo haces con el corazón, entregándote al cien por ciento y con garra, las cosas se logran; hoy le entrego una medalla a México, una plaza también para Juegos Paralímpicos y les entrego mi corazón”, declaró emocionada.
Sus palabras resonaban con la fuerza de alguien que ha luchado y vencido, no solo en el campo de atletismo, sino en la vida.
Un Futuro Brillante
Gilda Cota no solo ha demostrado ser una atleta excepcional, sino una verdadera inspiración. Su historia es un testimonio de resiliencia y coraje.
“Esta medalla es muy importante para mí porque no es lo mismo nacer con una discapacidad, a adquirir una. En mi caso, es degenerativa, como lo es la esclerosis múltiple. El camino ha sido muy complicado, luchamos, le batallamos, pero al final, con el corazón siempre por delante, hubo resultado y es esa medalla de oro para México”.
Ahora, con la mirada puesta en los Juegos Paralímpicos de París 2024, Gilda está lista para continuar su viaje, llevando consigo el espíritu indomable de una luchadora que se niega a rendirse. Su historia es un faro de esperanza para todos aquellos que enfrentan desafíos, recordándonos que, con determinación y corazón, cualquier meta es alcanzable.
“Estoy muy contenta y agradecida de verdad, apenas me cae la onda de comprender que soy campeona mundial. Esto fue por mí, por todo mi equipo y por México”
concluyó Gilda, con una sonrisa que refleja la verdadera esencia del triunfo.