A través de la visita de tres oficiales de Derechos Humanos de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU en México a Santa María Chí, subcomisaría de Mérida, las Naciones Unidas visiblemente están marcando un respaldo sesgado y trabajo “alineado” con el subcomisario Wilberth Nahuat Puc,quien está acusado por presuntamente cometer delitos al encabezar prácticas ilegales durante una manifestación contra una granja de cerdos en mayo del 2023.
Esta situación llamó la atención de algunos vecinos de la comunidad meridana que bajo reserva de anonimato por temor a represalias, coincidieron en que esta visita presencial de enviados de la ONU se realiza casualmente cerca del día de su audiencia en el Centro de Justicia Oral de Mérida. Este acontecimiento los llevó a preguntarse ¿por qué esta visita fue justo en este momento y contexto?
Otro de los asuntos percibidos, fue que todos los entrevistados son allegados a Wilberth Nahuat Puc, no entrevistaron a habitantes ajenos al grupo de confianza del subcomisario, que incluso fueron citados en el sitio que fungió como campamento durante el conflicto del año pasado, como si los representantes de la ONU obedecieran tanto a la sede como a las personas por entrevistar.
Acusado por despojo de bien inmueble y privación ilegal de la libertad por la unidad productora San Gerardo, Wilberth Nahuat tiene el reto de probar su inocencia con algo más que alzar la voz por una presunta inconformidad, que a decir verdad señalada por los vecinos, se percibe más como un interés personal que de la mayoría de la gente en Santa María Chí.
Asimismo, la ONU deberá reflexionar de no tomar una mala apuesta y afectar su prestigio como organismo internacional ético e imparcial, ante lo que pareciera un apoyo volcado a un subcomisario con hábitos radicales que podrían confirmarse como delitos.