TEKAX.- Rodrigo G. Ch. de 25 años y oriundo de Tixmehuac; estaba a punto de ser violado por un buen samaritano cuando fue atropellado por un auto compacto.
Rodrigo acudió el sábado por la noche a un baile a Akil, ahí se divirtió, tomó cerveza y conoció a un hombre con el que estuvo hasta que quedó ebrio.
En plena madrugada, le dijo a su nuevo amigo que era de Tixmehuac y que le daba miedo irse a su pueblo en moto.
El buen samaritano, oriundo de Tekax, se ofreció a llevarlo en su moto hasta su pueblo, Rodrigo contento le dio la llave.
Se montó el buen samaritano, luego él y en el tramo más obscuro detuvo la moto y ambos se bajaron.
De pronto, Rodrigo sintió que lo tomen de la cintura, que lo giren y cuando se dio cuenta ya le habían abierto y bajado el pantalón.
Suavemente le deslizaron el pantalón hacia abajo. Después sintió los dedos entre su piel y el elástico de su bóxer, no sabía que pasaba hasta que sintió el rigor … del frío de la madrugada.
Y cuando lo inclinaron sobre el asiento de la moto, Rodrigo pensó que perdería su tesoro más preciado y empezó a llorar.
A lo lejos vio una luz de un auto que se acercaba, se acercaba y cuando sintió el dolor ya no supo que fue.
Solo escuchaba que le preguntaban ¿Estas bien? y Rodrigo se llevaba las manos a su trasero, pero el dolor lo sentía en las piernas.
Luego, se enteró que el auto le pasó sobre las piernas.
Cuando el tekaxeño se dio cuente del accidente se subió al pantalón y corrió al monte donde la obscuridad se lo tragó.
En minutos, el lugar se llenó de policías y paramédicos.
Rodrigo exoneró al conductor del auto que lo atropelló… dijo que lo había salvado y le dió las gracias.