Ciudad de México despertó con una atmósfera de anticipación este martes, cuando Claudia Sheinbaum, la primera mujer en alcanzar la presidencia de México, tomó posesión del cargo. En el emblemático Palacio Legislativo de San Lázaro, la nueva mandataria prometió continuar la transformación iniciada por su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, y presentó ante miles de seguidores un ambicioso plan de gobierno: 100 puntos que trazan la ruta hacia su visión de país.
El Zócalo, corazón de la capital y símbolo de grandes movimientos sociales, se llenó de simpatizantes horas antes del esperado discurso. La energía entre la multitud era palpable; mientras unos celebraban el legado de López Obrador, otros depositaban su esperanza en la figura de Sheinbaum, quien, con un vestido color marfil y tacones, marcaba el inicio de su mandato. Al recibir el bastón de mando, el símbolo del poder otorgado por los pueblos originarios, la nueva presidenta pronunció un mensaje claro: “Me comprometo a seguir haciendo historia”.
Un plan para México
En su discurso, Sheinbaum reiteró muchos de los principios que guiaron el mandato de López Obrador, como la austeridad, la lucha contra la corrupción y el fortalecimiento de los programas sociales. Sin embargo, también dejó entrever su estilo personal y las prioridades que marcarán su gestión. En un claro gesto hacia las mujeres, anunció la creación de la Secretaría de las Mujeres, la lucha contra la brecha salarial y una serie de medidas para combatir la violencia machista. “El machismo y el racismo no tienen cabida en nuestro México”, afirmó con convicción.
Además de la agenda de género, la presidenta mostró su compromiso con la ciencia y la tecnología, un sector que planea revitalizar con proyectos como la producción de coches eléctricos y el lanzamiento de un satélite espacial. “Haremos de México una potencia científica”, prometió Sheinbaum, delineando un futuro donde la innovación jugará un papel central.
Entre promesas y desafíos
A lo largo de su intervención, Sheinbaum abordó una amplia gama de temas, desde la economía hasta la reforma del sistema judicial. Su promesa de mantener el aumento del salario mínimo y evitar incrementos en el precio de productos básicos como el gas y la electricidad fue recibida con aplausos por el público, al igual que el compromiso de crear un millón de viviendas nuevas. Sin embargo, detrás de cada promesa, se asoma el desafío de equilibrar las finanzas públicas y cumplir con las altas expectativas que acompañan su llegada al poder.
Uno de los anuncios más esperados fue la estrategia de seguridad que presentará la próxima semana. Aunque aseguró que continuará el enfoque de la Guardia Nacional y la atención a las causas sociales del crimen, Sheinbaum subrayó que fortalecerá la inteligencia y la investigación para combatir la delincuencia.
El legado de López Obrador y el camino de Sheinbaum
El Zócalo no solo fue el escenario del inicio de su presidencia, sino también un homenaje a López Obrador. La figura del expresidente sigue siendo omnipresente en el imaginario colectivo, y el reto de Sheinbaum será, en parte, trazar su propio camino mientras mantiene la base de la Cuarta Transformación.
“Estoy aquí para decirle al pueblo de México, en esta plaza, que no les voy a fallar”, prometió la presidenta ante miles de seguidores. Entre aplausos y gritos de “¡Sí se pudo!”, Sheinbaum cerró su discurso, consciente de que las expectativas sobre su gobierno son altísimas y de que las comparaciones con su antecesor serán inevitables.
Un futuro lleno de esperanza
La llegada de Sheinbaum a la presidencia representa un momento histórico para México. Las expectativas son inmensas, tanto por su promesa de dar continuidad a la Cuarta Transformación como por los retos que deberá enfrentar para imprimir su propio sello. Con su bastón de mando en mano y una multitud expectante a sus pies, Sheinbaum no solo inició su gobierno, sino que también abrió un nuevo capítulo en la historia política del país, uno que buscará construir un futuro más equitativo, innovador y justo para todas y todos los mexicanos.