Motul se viste de gala en honor a la Virgen del Carmen, deslumbrando con su tradicional espectáculo de toritos pirotécnicos que iluminan las noches de julio.
Durante trece noches consecutivas, el cielo se adorna con el destello de 74 toritos, cada uno con su propia historia y significado.
Desde el crepúsculo hasta la medianoche, personas de todas las edades y procedencias se congregan para presenciar este festín visual que forma parte de las festividades más esperadas del año en Motul.
Junto a celebraciones religiosas y la vibrante energía de charangas y bailes, el Ayuntamiento organiza actividades que van desde juegos mecánicos hasta la elección de una embajadora, envolviendo a la comunidad en un ambiente de alegría y tradición.
Las noches cobran vida especialmente después del rosario o la misa en la iglesia de San Juan Bautista, cuando se apagan las luces y los toritos pirotécnicos encienden el fervor de los presentes.
Entre los gremios participantes, destacan los Zapateros con sus figuras únicas como el huarache y el zapato, y los Mecánicos, Choferes y Herreros, con elaboradas quemas que incluyen desde el Toro de Olé hasta personajes como Optimus Prime y Mate.
Este año, la festividad ha sido marcada por momentos inolvidables y diversas participaciones, incluyendo la presencia del sacerdote José Ricardo Cuytún Canché y el vicario David Alfonso Tejero Vega, quienes no han dudado en sumarse a la tradición pirotécnica.
Aunque no exenta de desafíos, como la cancelación temporal debido al paso del huracán “Beryl” que afectó las primeras noches de julio, la comunidad de Motul ha demostrado su resiliencia y compromiso.
Noche tras noche, puntualmente a las 8 de la noche, el espectáculo continúa con entre 1 y 3 toros pirotécnicos, asegurado por la presencia vigilante de autoridades locales, ambulancias, paramédicos, extintores y elementos de la Policía Municipal y Protección Civil, garantizando así la seguridad de todos los asistentes.
Motul brilla con luz propia en estas noches de celebración, donde la devoción, la tradición y la seguridad se entrelazan para crear un evento que perdura en la memoria y el corazón de quienes lo viven.