El martes 12 de noviembre, una serie de intensos operativos de seguridad sacudió la tranquila costa yucateca, cuando fuerzas estatales y federales lograron la detención de una pareja de presuntos narcomenudistas en la playa de Dzilam de Bravo, Yucatán. La captura de Humberto de Jesús D. L., conocido como “Beto”, y su esposa, Clarisa E. P., trajo un inesperado desenlace a su reciente boda, celebrada en la misma playa que hasta ese momento había sido testigo de su actividad ilícita.
El operativo, desplegado en la madrugada, fue una maniobra meticulosa coordinada por la Policía Estatal de Investigación (PEI), la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), la Fiscalía General del Estado (FGE), y fuerzas federales como la Sedena y la Guardia Nacional. Todo comenzó con una denuncia anónima, que llevó a las autoridades a obtener órdenes judiciales para catear tres predios estratégicos en Dzilam de Bravo, conocidos como puntos clave para el tráfico de drogas.
A primera hora del día, los agentes se desplegaron en simultáneo en la calle 18 y la calle 13 por 2-A, dirigiéndose a locales que operaban como centros de distribución. Uno de estos puntos, una distribuidora de pescados y mariscos, resultó ser la fachada donde “Beto” y Clarisa presuntamente operaban su negocio de narcomenudeo. En el lugar se incautaron 12.4 kilogramos de cannabis y varias dosis de metanfetaminas, reforzando las pruebas en contra de la pareja.
La operación representa un avance significativo en la lucha contra el narcomenudeo en las zonas costeras de Yucatán, donde estas actividades suelen permanecer en la sombra, lejos del alcance de la ley. Las autoridades han redoblado sus esfuerzos para mantener la paz en la región y garantizar que estos parajes sigan siendo destinos turísticos seguros, libres de la influencia del narcotráfico.
Mientras la investigación continúa, la captura de Humberto y Clarisa es una advertencia para quienes buscan utilizar estas playas como escondites y centros de operaciones ilícitas. El golpe reafirma el compromiso de las fuerzas de seguridad y la justicia de Yucatán por erradicar el crimen en las costas yucatecas, devolviendo a los habitantes y visitantes la tranquilidad y seguridad de su paraíso tropical.