El reloj marcaba poco después del mediodía cuando comenzaron a llegar los primeros pacientes al Hospital Rural de Acanceh. Vómito, diarrea y un malestar generalizado encendieron las alarmas médicas. El denominador común: todos habían comido tacos de cabeza de res en un puesto popular ubicado a las afueras del mercado municipal de Seyé.
Lo que parecía un malestar pasajero pronto se convirtió en una intoxicación colectiva. El IMSS Yucatán confirmó el ingreso de 16 personas adultas al hospital rural del programa IMSS-Bienestar. Los síntomas eran consistentes con una intoxicación alimentaria, probablemente por carne contaminada. Afortunadamente, todos fueron dados de alta tras evolucionar favorablemente y hoy se recuperan en sus hogares.
Pero el número real podría ser más alto. Versiones extraoficiales apuntan a que al menos 30 personas resultaron afectadas, muchas de ellas atendidas en clínicas particulares o con remedios caseros. Las cifras oficiales no lo confirman, pero la memoria de los pobladores sí: no es la primera vez que esto ocurre.
Apenas tres años atrás, Seyé fue foco de atención nacional cuando un caso similar —esta vez por cochinita— dejó a más de 500 personas con síntomas de intoxicación. Aquel episodio dejó una marca en la comunidad. Hoy, el fantasma de aquella crisis vuelve a rondar.
El Ayuntamiento de Seyé ha informado que personal de la Dirección de Salud Municipal actuó con rapidez, apoyando el traslado de los pacientes y colaborando con autoridades estatales para investigar el origen de la contaminación. Mientras tanto, las dependencias de salud ya analizan muestras para confirmar qué bacteria o agente causó el brote.
En Seyé, la preocupación se mezcla con la costumbre. Comer en el mercado es una tradición, una rutina diaria para muchos. Pero ahora, esa confianza se sacude. Lo que debía ser un domingo tranquilo terminó en un episodio más de una historia que el pueblo espera no repetir.