El sol apenas despuntaba sobre el litoral progreseño cuando los primeros equipos del programa Jardines de Dunas Costeras comenzaron a trabajar. No se trataba solo de limpiar playas o humedales; esta vez, el municipio pasaba de la reacción a la proacción, con un objetivo claro: restaurar los ecosistemas costeros y proteger el patrimonio natural de la comunidad.
“El primer año nos enfocamos en limpieza y conservación, pero ahora vamos por la restauración”, explicó Erik Rihani González, alcalde de Progreso, mientras recorría la zona de intervención. Este programa, en colaboración con la Semarnat, marca la segunda etapa de una estrategia que combina acción ambiental, educación comunitaria y aprovechamiento sustentable.
La iniciativa no se limita a las dunas. En Chuburná Puerto, se trabaja simultáneamente en la restauración de manglares, buscando generar un efecto multiplicador que inspire a otros municipios de la costa yucateca. “Queremos que esta inercia atraiga a otros municipios; hay que ser proactivos para proteger el medio ambiente”, recalcó Rihani González.
Guillermo Porras Quevedo, representante de Semarnat, enfatizó que el éxito depende de la colaboración entre gobiernos y sociedad civil. “Los esfuerzos aislados no generan resultados; hay que sumar con el ejemplo”, señaló.
El proyecto involucra también a Profepa, la Secretaría de Desarrollo Sustentable, especialistas de la UNAM y el grupo comunitario Las Lirios, quienes trabajarán en conjunto para asegurar que la restauración sea integral y medible. La primera fase, que se llevará a cabo del 1 de septiembre al 19 de diciembre, contempla el establecimiento del jardín costero, su delimitación y la instalación de señalética, preparando así el terreno para un futuro más verde y resiliente en Progreso.