El misticismo y la ciencia ancestral se dieron cita en Chichén Itzá. Más de 6,471 visitantes acudieron al sitio arqueológico para presenciar el tradicional descenso de Kukulcán en la Pirámide de El Castillo durante el equinoccio de otoño, superando en más de 3 mil personas la afluencia registrada el año pasado.
Una breve tregua en la lluvia vespertina permitió que, a las 16:51 horas, la sombra de la serpiente emplumada recorriera la alfarda norte del templo, desatando aplausos y ovaciones entre turistas nacionales y extranjeros que aguardaban con expectación el fenómeno.
El Patronato Cultur, en coordinación con el personal del sitio, desplegó un operativo especial para garantizar el acceso seguro de los asistentes. En el recorrido estuvieron presentes el director general de Cultur, Clemente Escalante Alcocer, y la titular de la Zona Arqueológica y del Gran Museo de Chichén Itzá, Guadalupe Espinosa Rodríguez, quienes destacaron la respuesta del público y el valor cultural de este evento.
Previo al espectáculo solar, se realizó una ceremonia en memoria de personas fallecidas en recientes sucesos, y expertos como Miguel Ángel Buenrostro Alba, Gerónimo Can Tec y Gaspar Burgos Fuentes compartieron con los asistentes datos sobre el equinoccio y la precisión astronómica de los mayas.
Al cumplirse el fenómeno, el cielo volvió a cubrirse de nubes y regresó la lluvia, como un guiño simbólico del dios Kukulcán que promete su regreso en primavera.
Chichén Itzá volvió a demostrar por qué sigue siendo uno de los escenarios más imponentes y enigmáticos del mundo, donde historia, tradición y espiritualidad convergen en un mismo instante.