El fraccionamiento Piedra de Agua III, en el municipio de Umán, amaneció este lunes con una noticia que estremeció a sus vecinos: una persona fue hallada sin vida, víctima de un disparo por arma de fuego. El suceso ocurrió en un domicilio ubicado sobre la calle 47-A por 42 y 42-B, un área residencial que, hasta ese momento, conservaba la tranquilidad propia de una comunidad de paso lento y rutinas fijas.
Poco después del reporte al número de emergencias, la zona fue tomada por patrullas de la Policía Municipal de Umán y unidades de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado. A su llegada, las autoridades encontraron el cuerpo ya sin signos vitales.
En el lugar, una mujer —familiar directa del fallecido— ofreció una declaración breve y cargada de incertidumbre: desconocía los motivos que llevaron a esta tragedia. Sus palabras fueron pocas, pero el rostro lo decía todo: consternación, tristeza, impotencia.
Elementos del Ministerio Público, peritos forenses y criminalistas se encargaron de procesar la escena, levantando evidencia y acordonando el área para evitar la alteración de los indicios. El cuerpo fue trasladado por el Servicio Médico Forense para realizar la autopsia de ley, en tanto que se abrió una carpeta de investigación para esclarecer lo ocurrido.
Aunque las primeras versiones apuntan a un posible suicidio, serán las indagatorias oficiales las que confirmen lo que realmente sucedió tras esa puerta cerrada.
Hoy, en Piedra de Agua, una familia lidia con la pérdida, una comunidad busca respuestas, y un silencio se instala en las calles que pocas veces presencian una escena así.