Dos almas inocentes perecen en un infernal accidente automovilístico que conmociona a la región.
El caos y la desesperación se apoderaron de la carretera Mérida-Progreso, cuando un vehículo, envuelto en llamas y retorcido tras un vuelco mortal, se convirtió en la tumba de dos personas indefensas.
El lamento resonó en el kilómetro 22, entre las comisarías de Paraíso y San Ignacio, donde un destino impío selló el destino de cinco viajeros.
En un instante fatídico, el control del volante se esfumó en la penumbra y el vehículo, como un titán desbocado, se precipitó hacia la tragedia.
Tres almas afortunadas lograron escapar del infierno encendido, pero dos quedaron atrapadas en la pesadilla ardiente que se desataba en su interior.
El rugido de las llamas devoradoras silenció los gritos de auxilio, mientras el humo negro se alzaba como una sentencia de muerte sobre el automóvil, cuya marca y color quedaron reducidos a cenizas en un parpadeo.
Los héroes de la emergencia, policías, bomberos y socorristas, se lanzaron valientemente al escenario infernal, pero sus esfuerzos fueron en vano ante el poder devastador del fuego.
Hoy, en medio de la Semana Santa, la carretera Mérida-Progreso se viste de luto, marcada por la tragedia que arrancó vidas inocentes y dejó corazones destrozados en su estela de dolor.