El sol caía sobre las calles de Tekit cuando Laura, una maestra de secundaria, notó algo distinto en sus alumnos. El silencio en el aula, las miradas esquivas y los gestos de angustia eran signos inequívocos de que algo pesaba en sus corazones. No podía quedarse de brazos cruzados.
Fue entonces cuando llegó la noticia: el Gobierno del Estado de Yucatán había implementado el Plan de Atención Psicoemocional, un programa diseñado para brindar apoyo y acompañamiento a niños, niñas y adolescentes afectados por recientes eventos en la comunidad. La iniciativa, coordinada por el Cepredey y la Ceav, contaba con la colaboración de instituciones clave como la Segey, el DIF, la Fiscalía General del Estado y la Secretaría de Salud, con el objetivo de generar un impacto profundo y duradero.
Las brigadas de atención psicológica llegaron de inmediato a las escuelas y espacios comunitarios. Laura, junto con otros docentes, participó en las primeras sesiones de capacitación, aprendiendo herramientas para detectar y atender signos de afectación emocional en sus estudiantes. La primera fase del plan se centró en bachillerato y secundaria, donde los jóvenes eran más vulnerables a los efectos emocionales de los recientes acontecimientos.
Uno de esos jóvenes era Diego, un estudiante de tercer grado con dificultades para expresarse. Con el acompañamiento de los especialistas, comenzó a compartir sus miedos y preocupaciones. Poco a poco, la barrera del silencio se rompió y con ello se abrió un camino hacia la recuperación.
Mientras la iniciativa avanzaba, las brigadas extendieron su atención a escuelas primarias y preescolares, asegurando que ningún niño quedara sin apoyo. A la par, se implementaron estrategias de justicia restaurativa y prevención de la violencia, con el objetivo de transformar no solo la situación inmediata, sino también la cultura comunitaria.
Hoy, Tekit comienza a escribir una nueva historia. La esperanza renace en las aulas y en los hogares, donde las familias aprenden que no están solas. Gracias a este esfuerzo interinstitucional, la confianza en las instituciones se fortalece, y lo más importante, la comunidad camina hacia un futuro de paz y seguridad.
Laura observa a sus alumnos con renovada determinación. Sabe que este es solo el comienzo, pero también que, con el acompañamiento adecuado, Tekit podrá sanar y seguir adelante.