En Mérida amaneció distinto. Desde temprano, voces de 16 países y expertos de 17 estados de México comenzaron a reunirse bajo un mismo techo para hablar del mar, de su futuro y de la urgencia de cuidarlo. Así inició el 5° Summit Latinoamericano sobre Sostenibilidad Pesquera y Acuícola, un encuentro que convirtió a Yucatán en la capital regional del diálogo marítimo.
El gobernador Joaquín Díaz Mena abrió oficialmente el evento, acompañado de líderes del sector como Citlali Gómez Lepe, presidenta de Comepesca. El ambiente era de expectativa: pescadores, académicos, comercializadores y organizaciones miraban hacia un mismo horizonte —uno donde la pesca siga siendo motor económico sin comprometer la vida marina.
Un encuentro con la mirada puesta en el mañana
El summit, que se realiza hasta el 5 de diciembre, no es una reunión más. Su propósito es construir una agenda común: identificar problemas, compartir estrategias, estrechar vínculos comerciales y diseñar rutas de acción para una pesca que pueda sostenerse en el tiempo.
Díaz Mena subió al escenario con un mensaje claro:
“De esta diversidad saldrán las mejores ideas para convertirlas en políticas públicas que hagan la pesca más sostenible.”
Recordó que Yucatán —uno de los estados pesqueros más importantes del país— ya puso manos a la obra con el primer plan estatal de acción climática, pesquera y acuícola, construido de manera participativa: pescadores ribereños, mujeres procesadoras, cooperativas, académicos y sociedad civil.
“Sin mares sanos no hay futuro”
La frase del gobernador se quedó flotando entre los asistentes.
Relató cómo los efectos del cambio climático ya golpean a quienes salen cada día al mar: menos disponibilidad de especies, más riesgos en altamar, temporadas más inestables. Y detalló que su gobierno ha aumentado en 70% el presupuesto para el sector, reforzado la seguridad marítima con equipos de salvamento, incrementado apoyos en vedas y creado zonas de refugio pesquero.
La apuesta es clara: proteger hoy para pescar mañana.
La visión científica: un punto de inflexión
El director del Imipas, Víctor Manuel Vidal Martínez, tomó la palabra para subrayar que México vive un momento decisivo.
Habló de un “nuevo paradigma azul” en el que ciencia, tecnología, financiamiento y participación comunitaria deben unirse.
“Si articulamos todo eso”, dijo, “México puede convertirse en un referente internacional: producir más, con más valor y sin destruir los ecosistemas”.
Tradición, ciencia y comunidad: el sello de Yucatán
Para la titular de Sepasy, Lila Frías Castillo, este encuentro no podía tener mejor sede. Yucatán se ha distinguido por impulsar calidad, trazabilidad y valor agregado, además del orgullo reciente: la indicación geográfica del pulpo maya rosa, un paso hacia una posible denominación de origen.
La funcionaria resumió el espíritu del evento:
unir tradición pesquera con conocimiento científico para construir resiliencia frente al cambio climático.
Un mosaico internacional con un objetivo común
En el salón se observaban representantes de Irlanda, Japón, España, Italia, Canadá y Estados Unidos, además de países latinoamericanos. Todos consumidores clave de productos del mar yucatecos, especialmente del pulpo maya.
Pero más allá de las banderas, lo que predominaba era la sensación de urgencia. La necesidad de garantizar que las futuras generaciones puedan seguir viendo el amanecer desde San Felipe, Celestún o Dzilam de Bravo con una lancha lista para salir al mar… y con la certeza de que ese mar aún tiene vida.
Con este Summit, Yucatán no solo es sede: se convierte en un actor protagonista de la conversación global sobre el futuro azul. Y el mensaje es uno: cuidar los mares hoy es asegurar el mañana de miles de familias.
