Lo que comenzó como una cena familiar terminó en un escándalo de salud pública en Progreso. Una lonchería local, El Gran Centenario, fue clausurada por los Servicios Coordinados de Salud de Yucatán (SSY) luego de confirmarse que sirvió un caldo con un ratón en su interior a una familia de origen progreseño que actualmente reside en Estados Unidos.
El incidente ocurrió el pasado 19 de septiembre, cuando los visitantes acudieron al establecimiento —un lugar que solían frecuentar en cada visita a la ciudad— y recibieron en la mesa un tazón de caldo con un roedor dentro. La situación se volvió aún más alarmante cuando la hija del matrimonio, de apenas año y medio, ingirió parte del platillo contaminado. La menor tuvo que recibir atención médica inmediata y permanece bajo observación domiciliaria.
La familia documentó el hecho con fotografías que mostraban al animal dentro del caldo. Estas imágenes sirvieron como prueba en la denuncia presentada ante la Cofepris y derivaron en una inspección sanitaria por parte de la SSY.
Tras cinco días de funcionar de manera normal, la lonchería fue finalmente clausurada la noche de este miércoles. Inspectores colocaron sellos de suspensión total temporal en la cortina metálica del local, en cumplimiento con lo establecido en la Ley General de Salud y la Ley de Salud del Estado de Yucatán.
El propietario reconoció el error ante los clientes y las autoridades, mientras que la secretaría advirtió que el negocio solo podrá reabrir una vez que corrija las anomalías sanitarias detectadas y pague las sanciones correspondientes.
Trascendió que, a raíz de este caso, otros negocios de alimentos en Progreso cerraron voluntariamente sus puertas para evitar posibles verificaciones.
Lo ocurrido no solo encendió las alertas sobre la vigilancia sanitaria en la costa yucateca, sino que también dejó un mensaje contundente: la confianza del comensal se gana con higiene, y se pierde en un instante.